No sé qué nos pasó.
Pero destruimos todo lo que encontramos a nuestro paso.
El pueblo fue incendiado.
El fuego y la ceniza hicieron el amor en nuestros puños.
Hasta que la "cosa" que nos inyectaba violencia se fue.
Y quedamos, de rodillas, frente a nuestros actos y sus consecuencias.
Pensamos en morir.
Pero era un lujo que no nos podíamos dar.
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