La Morcilla conoce infinidad de relatos; algunos adquiridos de primera mano y otros comprados en ferias olvidables.
Una de esas historias corresponde a las Hermanas Oxxadas, oriundas de Méjico. Se trata de un claro ejemplo del amor sin barreras.
De día aparentaban ser apenas hermanas, educadas y frías. De noche se encendía la caldera de sus entrepiernas; se entregaban al pecado durante horas enteras.
¿Qué es el bien y qué es el mal? Depende quien lo mire. A excepción de los abogados penalistas, que alumbran el camino con sus lámparas de dinero.
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