Carlos Alberto era una empanada de carne picante.
Una mañana despertó con algo extraño en la cabeza. Se miró en el espejo y descubrió que una diminuta empanada se encontraba alojada en medio de su cuero cabelludo.
Muy inquieto, Carlos Alberto consultó a su médico. Después de una minuciosa inspección, el especialista dijo: “Usted tiene síndrome de meta-empanada; o sea, una empanada dentro de otra” Carlos Alberto preguntó si existía medicación para su problema.
“La única manera de extirpar ese tumor lingüístico es llamar a un especialista en el tema: Ferdinand de Saussure” Seguidamente le anotó el teléfono en un papelito y se lo entregó.
Esa misma noche, Carlos Alberto llamó a Saussure, pero nadie atendió.
Cuando se dispuso a dormir ocurrió algo horrendo. La empanada en su cabeza se abrió como si tuviera una boca.
“Soy la empanada de tu mente. No intentes extirparme. Somos uno” indicó la meta-empanada.
Desde aquel triste incidente, Carlos Alberto vivió sometido.
Realizó actos aberrantes.
Actos oscurísimos.
las fauces de la meta-empanada sugieren un aliento a cebolla de verdeo y atún. El resto de la vida de ese empanádico ser debe de haber sido insufrible.
ResponderEliminarQué desesperantemente delicioso que le crezca un apéndice de atún y cebolla...
ResponderEliminarLa típica Empanada Mental. En España es muy popular.
ResponderEliminarabrazo!
¡mmm! pensamientos de queso, suspiros de jamón y palmitos...
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