El bar con su fantasma

En la alta madrugada.

El fantasma aparece.

El bar despierta; estira sus luces, bosteza sus oscuridades.

Ahí está.

Él; me observa.

Quiero correr.

Pero recuerdo que no tengo piernas.

"No las merecías", me explicó mamá antes de partir al otro lado.  




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