Me ofrecieron ser masón



Cuando era adolescente me ofrecieron ser masón, o francmasón. En dos oportunidades. 

Pero rechacé la oferta, no porque no me interesara participar en actividades herméticas. Sino porque no creo en el Arquitecto del Universo. Y, además, soy pobre.

Pero, ¿en qué creo?

En la magia.

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