Alejandría en llamas

Hay fuegos que salen de la boca de los puercos.

Otros, con sabor a membrillo, construyen dioses en gelatina.

De cualquier forma, la pira purifica lo impuro.

Es una alquimia berreta, de tocador.

Me recuerda al Marqués de Sade, besuqueando una marmota.

Alejandría está en llamas.

Eternamente.

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