Horno, sudor y lágrimas de queso

Ellas. Impertinentes y demasiado teóricas. Empanadas de nuez y roquefort. Amantes del horno más grande del mundo.


Sudan. Una junto a la otra. El jugo de su deseo se derrama en el piso. Hay olor a cocción por todas partes.

Sudan juntas, besándose, haciendo cosas que las Escrituras del Fuego prohíben estrictamente. Respiran aceleradamente. Hay besos de sobra.

Empanadas dilatadas, sonrojadas, excitadas, macilentas en su peregrinación hacia el horno, que las aplastará con sus ganglios de fuego.





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