La grasa excedente de la morcilla

En los meses comprendidos por el ciclo de verano, la morcilla suda tanto que se forma en el piso del ático una gruesa capa de grasa.

Los niños del barrio (que cuentan con muchísimo tiempo libre) se aglutinan afuera, conociendo la naturaleza de este ciclo, para exigirle a la morcilla la entrega de esta asquerosa grasa, la cual utilizarán para construir skates y otras herramientas lúdicas.

Sin embargo, este año ha sucedido una pequeña modificación al ritual. A causa de la inestabilidad económica y de la creciente inflación, la morcilla ha decidido cobrar el kilo de grasa. Los pequeños, al recibir esta noticia, se han traumatizado y han organizado un piquete.

La morcilla se ha negado rotundamente a hablar con cualquier medio periodístico.

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